domingo, 11 de noviembre de 2012





"Y una mujer que sostenía un bebé contra su pecho dijo:
Háblanos de los hijos.
Y él contestó:
Vuestros hijos no son vuestros hijos.
Ellos son los hijos y las hijas de la Vida que trata de llenarse a si misma.
Ellos vienen a través de vosotros, pero no de vosotros.
Y aunque ellos están con vosotros no os pertenecen.
Les podéis dar vuestro amor, pero no vuestros pensamientos,
porque ellos tienen sus propios pensamientos.
Podéís dar habitáculo a sus cuerpos, pero no a sus almas,
pues sus almas habitan en la casa del mañana, la cual no se puede visitar ni tan siquiera en los sueños.
Podéís anhelar ser como ellos, pero no luchéís para hacerlos como sois vosotros,
porque la vida no marcha hacia atrás y no se mueve con el ayer.
Vosotros sois los arcos con los que vuestros hijos, como flechas vivientes, son lanzados a la Vida.
El Gran Arquero ve la diana en el camino del infinito, y dobla el arco con su poder, y sus flechas pueden ir rápidas y lejos.
Haced que la forma en que dobléís el arco en vuestras manos sea para alegría.
Él también, además de amar la flecha que vuela, ama el arco que es estable."

                                                                                                     K. Gibran

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